El Cooperativismo en Guanentá.
Este sector ha hecho presencia en la provincia de Guanentá desde mediados del Siglo XX, impulsado principalmente por sectores progresistas de la iglesia, lo que ha servido en parte para mantener el dominio ideológico católico sobre las comunidades. Esta ha sido su función principal pasando sobre los principios cooperativos aprobados en Manchester, el 23 de setiembre de 1995.
Primer principio: Adhesión abierta y voluntaria
Segundo principio: Control democrático de los asociados
Tercer principio: Participación económica de los asociados
Cuarto principio: Autonomía e independencia
Quinto principio: Educación, entrenamiento e información
Sexto principio: Cooperación entre cooperativas
Séptimo principio: Compromiso con la comunidad.
Uno supone que estos postulados apuntan a una participación comunitaria, libre, soberana, de oportunidades, formativa en ciudadanía, de compromiso social; pero desafortunadamente se encuentra en contravía de los eventos diarios.
La mayoría de cooperativas son de carácter cerrado, a excepción de las financieras adonde se puede pertenecer si lleva los “reales” y los deja allí, pero cuando va a ver aquello del control democrático se estrella con las burocracias enquistadas por obra y gracia de las jerarquías eclesiásticas. No importa la preparación, importa la militancia. No hay información social relevante y se sabe que la participación de los asociados no es importante. En ese mismo sentido, no se encuentra educación cooperativa, no hay sinergias con la comunidad y es más la propaganda que la realidad.
Por esas razones el cooperativismo de la región, no tiene nuevos liderazgos, no tiene propuestas innovadoras y creativas, se recrea en sus propias alabanzas. Eso si, sus lideres tienen contactos muy importantes con unas redes bien formadas y sustentadas por la iglesia, lo que les permite disfrutar de ayudas importantes del extranjero, donde viven admirados de los informes que se llevan cuando visitan la región y son bien atendidos. Se sabe que la mayor parte de las llamadas ayudas extranjeras, se gastan en las organizaciones que las gestionan en su origen y menos del diez por ciento llegan a su destino, donde están las redes de las cuales hablamos.
Es posible que el cooperativismo sea una alternativa a las cíclicas crisis del capitalismo, siempre y cuando cumpla con sus principios, de otro modo se convierte en un brillante espejismo.